Teodoro “Lolo” Fernández
Qué más podríamos añadir a todo lo que se ha dicho acerca del “Cañonero”, sólo añadir que Lolo simboliza a la historia del fútbol mismo en el Perú. Si Lolo no hubiera existido, el fútbol en el Perú tampoco.
Nacido en una hacienda de Cañete el 20 de mayo de 1913 fue traído al club por su hermano Arturo y convencido por su amigo Carlos Tovar y si bien ya alternaba en los amistosos de 1930, no fue hasta el torneo de 1932 que debutó oficialmente a los 19 años con la crema la misma que nunca se quitó hasta su retiro en el torneo de 1953. Durante 22 años se brindó todo por un solo color, el crema que tiñó su corazón y a través de él, el de millones de peruanos.
Ningún otro club de la actualidad se puede dar el lujo de vitorear el nombre de un ídolo cuando están alentando a su equipo mientras este juega. Los hinchas de Universitario si pueden dárselo. Aquellos que están todos los domingos en las tribunas, seguro que ninguno lo vio jugar, pero que saben lo que significó y el sólo mencionar de su nombre hace que los jugadores se sientan motivados y arengados por la fuerza de espíritu y de la persona de bien que demostró Lolo en su trajinar por las canchas del Perú y de muchos lugares del mundo.
Y Lolo además de leyenda dejó marcas imborrables que se pueden palpar, como que siete veces fue campeón , como que seis veces fue el máximo goleador del fútbol peruano, como que nadie usó una misma camiseta durante tanto tiempo, como que con 156 goles es el máximo anotador de Universitario en torneos oficiales hasta la actualidad, el que más goles hizo en clásicos ante Alianza y como que hasta poco fue el que más clásicos había jugado. Sigue siendo el segundo.
Un 18 de setiembre de 1997 a la edad de 84 años dejó esta tierra para ser el primer hincha merengue desde la inmensidad, que es la palabra exacta que resume el significado de Lolo Fernández en la historia de Universitario y el fútbol peruano.
¡Grande Lolo!